En los últimos años, cada vez más familias han optado por pasar de la cocina a gas a la cocina de inducción, radiante o halógena. En comparación con las cocinas radiantes o halógenas, la cocina de inducción garantiza una mayor eficiencia energética, permitiendo un ahorro de alrededor del 30%. En comparación con una cocina a gas clásica, las ventajas son múltiples, tanto en términos de dispersión del calor (menos del 10% para una cocina de inducción) como en términos de impacto ambiental, ya que no hay emisiones de CO2. Además, una ventaja considerable es la facilidad de limpieza de una cocina de inducción en comparación con una cocina a gas y un mayor control de la temperatura, lo que garantiza una cocción mucho más rápida. En comparación con la cocción en una estufa de gas, en una cocina de inducción de uso doméstico el agua hierve en la mitad del tiempo, ¡un gran ahorro de energía y tiempo!